Hitler suministró cocaína a sus soldados como último intento de ganar una guerra pérdida, la segunda guerra mundial.
Otro ejemplo muy famoso es el de los Kamikaze(viento divino) japoneses, en la segunda guerra mundial también. Antes de subirse al avión e iniciar su misión, los pilotos -que no tenían ningún tipo de preparación- se pegaban un buen chute de metanfetaminas junto con un trago de sake. Ya hemos visto que el nacionalismo puede llevarte a hacer barbaridades, pero estos patriotas japoneses necesitaban un empujón extra para perder el miedo a la muerte.
''¡Mira, sin manos!''. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario